Durante varios años de su turbulenta vida, en la que se vio acosado por la enfermedad, el exilio y el peligro, Séneca fue la mano que guiaba al Imperio romano. En esta selección de sus cartas morales dirigidas a su amigo Lucilio, lo vemos defender los ideales del estoicismo, criticar algunos males de su época como el trato de los esclavos, y defender valores universales como la amistad y el valor. En última instancia, Séneca hace gala de una humanidad que lo convierte en un contemporáneo nuestro, por cuanto nos ayuda a afrontar los reveses de la existencia y elegir una vida más plena y feliz. El volumen viene precedido por una introducción de Rafael Narbona, autor de Maestros de la felicidad y referencia del pensamiento actual.